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martes, 17 de abril de 2012

La necesidad,hace fuertes a las personas.

Era una rubia enfundada en un bañador blanco que quitaba la respiración. La chica no, su ropa.

Me había hecho darme cuenta de que no soy el ombligo del mundo,que es algo que solemos creernos, sino una página más en el libro infinito del universo.

Mira chico,soy mujer.

Me tengo que aguantar como la cera caliente me arranca la carne,me tengo que augantar a todos los sádicos albañiles que me gritan cosas por la calle,me tengo que aguantar zapatos altísimos horriblemente incómodos y aún piensas que no aguantaría estar sin tí? ¡Por favor! ¿Quien te crees,Brad pitt?

En un lugar del mundo se siente el éxtasis.




Chica:Llegar hasta la cima ha sido una bendición. No había nadie,no había tampoco viento. Solo un frío intenso que parecía llegar paradójicamente desde el sol que me miraba. Me sentí grande y pequeña a la vez: grande porque había conseguido llegar y pequeña porque allá arriba me di cuenta de las dimensiones del mundo y de que yo no era más que algo muy pequeño en medio de otras pequeñeces que,juntas,formaban algo inmenso. Me senté a pesar del frío y lloré. Mis lágrimas se congelaron sobre mis mejillas.Me las quité, parecían cristalitos que se deshicieron pronto entre mis guantes. Yo era como aquellas lágrimas, tan frágiles y minúsculas que desaparecían con solo tocarlas, y tan mágicas como para salir calientes de mi cuerpo y helarse unos segundos después al entrar en contacto con el aire exterior. Grandes y pequeños, así somos.El secreto de la vida consiste en darnos cuenta de ello.Quise hablarle,no me salían las palabras,finalmente pregunté como se sentía pero le costó hablarme,le dije : Te entiendo,yo también estoy impresionada...

Chico:Yo también me sentía grande y pequeño al mismo tiempo.Grande porque había hecho algo de lo que no me creía capaz unas horas antes, porque podía abarcar con mi mirada un pedazo de la tierra muy diferente al de todos los días. Pequeño porque, comparado con el resto del mundo que estaba viendo en aquel momento, me sentía como un grano de arena,insignificante: nadie que estuviera abajo,en el camino, nos podría ver; nosotros ni siquiera veíamos el sendero más cercano a la cima. La inmensidad en que estábamos inmersos no nos dejaba ver los pequeños detalles. En aquellos momentos nosotros y nuestros problemas no eran sino bagatelas, cosas sin importancia.No éramos mucho más que la hoja de un árbol o que el pétalo de una flor. Nada más que eso. Nada más y nada menos. No podía contestarle.Mi respiración era rápida aunque tranquila,pero me faltaban palabras que pudieran ser lo suficientemente descriptivas para hablar de lo que veía, de cómo lo veía de cómo lo sentía.Finalmente dije: Esto es espectacular,me siento igual que tú.

martes, 10 de abril de 2012

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Por ello mi razón de ser son mis amigas,mis chicas, y ese hálito de libertad que comienza cada semana, el viernes, y que se mantiene hasta el domingo, hasta la antesala del nuevo aburrimiento, la esclavitud, la rutina.

Una mirada perdida.

No se movió, al contrario, se quedó mirándole, sin aparentar ver nada pero abarcándolo todo con unos ojos llenos de aturdido extravío.
Casi diez segundos después seguía igual, quieto, en mitad del lugar, con el calor del contacto de aquella mano suspendido de todo su ser.